Juzgar a nuestros Semejantes es Juzgarnos a nosotros/as Mismos/as
Cada día la mayoría de los seres humanos se consideran con el derecho de juzgar a sus semejantes sin medir las consecuencias del daño que pueden llegar a causar, a través de las energías negativas que con ello les envían con desprecio e indiferencia y que en algunos casos pueden llegar a dañar seriamente sus Almas y sus Vidas.
No nos damos cuenta de que cuando estamos juzgando a los demás nos estamos juzgando a nosotros/as mismos/as con la misma moneda de cambio, que todo ello nos volverá y que seremos juzgados/as del mismo modo.
Pensemos que cuando juzgamos a nuestros semejantes, de algún modo estamos juzgando a Dios, ya que todos/as somos Seres Espirituales Creados a su Imagen y Semejanza.
¡No me Juzgues! ¡No me Conoces!
No me juzgues si no me conoces.
Sabes mi nombre pero no mi historia.
Has oído lo que he hecho, pero no por lo que he pasado.
Sabes donde estoy, pero no de donde vengo.
Me ves riendo, pero no sabes lo que he sufrido.
Deja de juzgarme, saber mi nombre no significa que me conoces.
Tu no me conoces de verdad, tu solo has escuchado lo que lo que otras
personas han hablado mal de mi.
Incluso si me has tratado, ni aun así tienes la conciencia tan limpia como para decir
que sabes quien soy, porque si en efecto yo me he equivocado tu también.
Solo yo puedo juzgarme, solo yo se mi pasado.
Solo yo se el motivo de mis acciones.
Solo yo sé lo que llevo dentro.
Solo yo sé lo que me costo ser fuerte.
No critiques mi progreso sino conoces mi esfuerzo.
No envidies mis victorias sino conoces mis fracasos.
No juzgues mis acciones sino conoces mis razones.
Sabes mi nombre pero no mi historia.
No juzgues a quien no conoces.
Tan solo yo puedo juzgarme y no lo hago.
Porque se mi historia, me amo y me perdono.
Recuerda que tan solo Dios puede y debe juzgarme.
Que Dios te bendiga y te perdone.
Jesús dijo a sus Discípulos: No juzguéis para que no seáis juzgados. Porque seréis juzgados como juzguéis vosotros y la medida que uséis la usaran con vosotros.
(Mateo 7:1-5)
Dolor del Alma que Podemos llegar a Causar cuando Juzgamos a nuestros Semejantes
Deseo compartir algo que escribió Mario Benedetti, creo que un poema y que encontré traspapelado entre mis muchas notas de sabiduría que voy guardando y que deseo plasmarlo, ya que siento que es muy cierto y que es algo parecido a lo que a mi me paso hace algunos años.
Dolor del Alma
Una vez me preguntaron: ¿Cuál ha sido el dolor más fuerte que he podido aguantar?
"El dolor del Alma" conteste; ese que nadie ve, el que nadie entiende, el que no te creen, el que piensan que exageras, ese para el que no existe medicina, que te destroza desde dentro, pero que te deja vivo para seguir sufriendo, porque una vez que tienes el Alma Herida, te seguirá doliendo y aunque pase el tiempo y creas que has logrado sanar bastara un pequeño recuerdo para que vuelvas a sangrar.
Bajo mi punto de vista si que existe una Medicina Sanadora para el dolor del Alma. Esta Medicina es el tiempo Caminando junto a Dios, el Amor y el Perdón
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Los Dolores del Alma son los que Realmente Duelen
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Consigue el Libro "Preguntas del Alma Respuestas del Corazón" (enlace), de Damián Alvarez
María Jesús García Presa
Terapeuta Sanadora en Medicinas Vibracionales
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