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Nuestra Lengua puede Dañar en Ocasiones sin Remedio Provocando más Daño y Miedo |
Bien poco nos cuesta abrir nuestra boca, juzgar y criticar a nuestros semejantes, no teniendo en cuenta todo el daño que con ello podemos llegar a causar y por si esto fuera poco estamos faltando al respeto a Dios. Evitemos por tanto hablar antes de pensar bien lo que vamos a decir y que lo que transmitamos siempre este lleno de Amor, honrando a Dios.
"Jesucristo dijo a la multitud que se reunía junto a Él: Escuchad y Entender, no mancha al hombre lo que entra por la boca, sino lo que sale de boca, eso es lo que mancha al hombre" (Mateo 15:11)
Coherencia en Cuestiones Concretas "Santiago (3,1-4,10)"
"Necesidad de Controlar la Lengua"
No os constituyáis muchos en maestros, hermanos mío, pues sabemos que nosotros recibiremos una sentencia más severa, porque todos faltamos a menudo. Si alguien no falta en el hablar, ese es un hombre perfecto, capaz de controlar también todo su cuerpo. A los caballos les metemos el freno en la boca para que ellos nos obedezcan, y así dirigimos a todo el animal. Fijaos también que los barcos, siendo tan grandes e impulsados por vientos tan recios, se dirigen con un timón pequeñísimo por donde el piloto quiere navegar.
Lo mismo pasa con la lengua: es un órgano pequeño, pero alardea de grandezas. Mirad, una chispa insignificante puede incendiar todo un bosque. También la lengua es fuego, un mundo de iniquidad; entre nuestros miembros, la lengua es la que contamina a la persona entera y va quemando el curso de la existencia, pero ella es quemada, a su vez, por la gehenna.
Pues toda clase de fieras y pájaros, de reptiles y bestias marinas pueden ser domadas y de hecho lo han sido por el hombre. En cambio, la lengua nadie puede domarla, es un mal incansable cargado de veneno mortal. Con ella bendecimos al Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, creados a semejanza de Dios. De la misma boca sale bendición y maldición. Eso no puede ser así, hermanos míos. ¿Acaso da una fuente agua dulce y amarga por el mismo caño? ¿Es que puede una higuera, hermanos míos, dar aceitunas o una parra higos? Pues tampoco un manantial salobre puede dar agua dulce.
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Que nuestras Palabras sean Bendiciones con Amor y no Maldiciones por Miedo |
"La Sabiduría frente a la Ambición"
¿Quién de vosotros es sabio y experto? Que muestre sus obras como fruto de la buena conducta, con la delicadeza propia de la sabiduría. Pero si en vuestro corazón tenéis envidia amarga y rivalidad, no presumáis, mintiendo contra la verdad. Esa no es la sabiduría que baja de lo alto, sino la terrera, animal y diabólica. Pues donde hay envidia y rivalidad, hay turbulencia y todo tipo de malas acciones. En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es, en primer lugar, intachable, y además es apacible, comprensiva, conciliadora, llena de misericordia y buenos frutos, imparcial y sincera. El Fruto de la justicia se siembra en la paz para quienes trabajan por la paz.
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Que nuestra Lengua, sea tan Pura, Inocente y llena de Amor Como la de este Ángel de Dios |
Exhortación a La Humildad
¿De dónde proceden los conflictos y las luchas que se dan entre vosotros? ¿No es precisamente de esos deseos de placer que pugnan dentro de vosotros? Ambicionáis y no tenéis, asesináis y envidiáis y no podéis conseguir nada, lucháis y os hacéis la guerra, y no obtenéis porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, con la intención de satisfacer vuestras pasiones.
Adúlteros, ¿no sabéis que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Por tanto, si alguno quiere ser amigo del mundo, se constituye en enemigo de Dios.
¿O es que pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que habita en nosotros inclina a la envidia? Pero la gracia que concede es todavía mayor; por eso dice: <<Dios resiste a los soberbios, mas da su gracia a los humildes>> Por tanto, sed humildes ante Dios, pero resistid al diablo y huirá de vosotros. Acercaos a Dios y Él se acercará a vosotros. Lavaos las manos, pecadores; purificad el corazón, los inconstantes. Lamentad vuestra miseria, haced duelo y llorad; que vuestra risa se convierta en duelo y vuestra alegría en aflicción. Humillaos ante el Señor y Él os ensalzara.
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Ser Humilde, no Significa no Tener un Ego Fuerte con Amor |
María Jesús García Presa
Terapeuta Sanadora en Medicinas Vibracionales